Un recorrido por la literatura de Segovia con el Hotel Cándido
Ya os hemos contado en otros posts que Segovia encierra multitud de secretos. Pero uno de nuestros favoritos es la huella que los escritores han dejado en nuestra ciudad con el paso de los siglos. En nuestras calles encontramos recuerdos de algunas de las plumas más destacadas de la literatura universal.
Empezamos nuestro recorrido en el Postigo del Consuelo, lugar en el que hay una lápida dedicada a Juan Ruiz, el Arcipestre de Hita, que convirtió el puerto de Malangosto en uno de los lugares de El libro de Buen Amor. A un breve paseo de poco más de diez minutos descubrimos una inscripción en la antigua cárcel. Si nos acercamos bien, veremos que es memoria de Lope de Vega, que estuvo preso en ella.
En el Arco del Socorro podemos leer lo siguiente: “En esta ciudad, creados por el ingenio del más alto humorista, Don Francisco de Quevedo nació El Buscón Don Pablos, espejo de pícaros y gran tacaño y tuvo su escuela de ayunos El Domine Cabra”. Una referencia a la increíble influencia de Segovia en la literatura.
Y no puedes marcharte de Segovia sin visitar el Convento de las Carmelitas Descalzas, donde Santa Teresa de Jesús escribió Las Moradas. Allí también hay un busto al poeta Rubén Darío, uno de los primeros escritores modernistas.
Pero ninguna visita literaria está completa sin que te acerques a la Casa Museo Antonio Machado, en la que vivió el escritor durante trece años. Esta vivienda, situada en la calle de los Desamparados, funcionaba entonces como pensión y acogió al poeta sevillano, otro enamorado de Segovia.
Desde el Hotel Cándido puedes comenzar tu ruta literaria por la ciudad, descubrir rincones y estatuas y sentir los versos de Antonio Machado. ‘Verdad que el agua del Eresma / nos va lamiendo el corazón, / y que al festín de mariposas / acude el negro abejarrón; / mas a la clara despedida / no le pongáis más de un bemol. / Y en esta tarde de verano / cantad a plena voz: / ¡Torres de Segovia, / cigüeñas al sol!’.